lunes, 3 de abril de 2017

El omnipresente Nayib

Nayib Bukele genera tanta admiración y esperanza para una gran cantidad de salvadoreños,  como rechazo de otro  importante número de personas que le tildan de populista. Sea como sea hay que destacar que cualquier cosa que haga o diga, no pasa desapercibida para nadie.

Ya sea por la agresiva campaña de marketing que gira en torno a su persona o bien por el notable trabajo que realizó durante su gestión en Nuevo Cuscatlán, un pueblo que apareció en el mapa mediático gracias a él, o el que está realizando, no sin altibajos, en la capital; Nayib se ha vuelto parte de una nueva generación de políticos que está repuntando en muchos países del mundo.

Líderes  que en muchos casos apenas superan los 30 años de edad, se está convirtiendo en la tendencia en cuanto a preferencia electoral de la población.
Con una imagen desenfadada, haciendo a un lado el arquetipo de político (para muchos, según el periodista Eduardo Castillo, ser político es como ser ladrón pero con corbata), recurriendo a las redes sociales como herramienta indispensable para hacer llegar su mensaje a más personas, Nayib ha sabido adoptar el guión del político de la Generación X.

De los más destacables políticos de esta generación podemos mencionar al primer ministro canadiense Justin Trudeau, que proviene de una familia muy ligada a la política, su padre, Pierre Trudeau, también fue primer ministro.
Justin que inició su carrera política con 28 años, ya se perfila como uno de los más notables  gobernantes de Canadá.

De igual manera en Europa ya se ha posicionado un liderazgo joven, por ejemplo podemos retomar el caso de Jesse Klaver, líder del partido Izquierda Verde de Holanda.
Gracias a Klaver este partido logró en las recién pasadas elecciones celebradas en marzo, su mayor triunfo histórico. El partido Verde obtuvo 14 escaños en el parlamento, algo que ninguno de sus antecesores había conseguido. Klaver tiene 30 años de edad.

Por su parte España cuenta entre sus diputados a líderes que no llegan a los 30 años de edad. Sólo por mencionar a algunos, Alberto Garzón con 26 años ya es líder del partido Izquierda Unida, de igual manera Belén Hoyo, de 27 años, es diputada por la comunidad valenciana.

Pero ¿a qué se debe este giro y voto de confianza a la juventud?

Quizá sea porque consciente o inconscientemente, los jóvenes, los que se ven con mayores dificultades a la hora de buscar oportunidades,  quieren a alguien que les dé voz, que surja un relevo generacional con visión de nación y que desaparezcan los viejos dinosaurios enquistados en el poder que solo se han enriquecido a costa del Estado.

Pero no sólo basta con encontrar un referente en alguien de su edad, no sólo es la verborrea a la que ya les tienen acostumbrados la gran mayoría de políticos, sino que va unido a acciones visibles.

Como dije al principio más allá de la cansina campaña de marketing del actual alcalde, de su cuidada imagen de “bicho calle”, hay un factor que es tangible: las obras que ha venido realizando desde que asumió el cargo.

No son pocos los capitalinos que reconocen la labor de su alcalde y se atreven a decir que en muchos años no habían visto que alguien trabajara tanto por ellos.

Una encuesta publicada en diciembre de 2016 por La Prensa Gráfica, posicionaba a Bukele en el primer lugar de las preferencias de la población con un 67.4%, población no solo del área capitalina sino del territorio nacional.

Por su parte la revista de política internacional Foreign Policy, le incluyó entre las 15 personalidades más sobresalientes del mundo en la toma de decisiones, por sus políticas implementadas en el gran San Salvador.

No cabe duda que Nayib Bukele es un as en el campo de la política, un zorro dirán algunos, logrando posicionarse en relativamente pocos años como la preferencia presidencial para una buena parte de la población.

Debido a esto, la mayoría de sus detractores le acusan de populista, cuando ya no recurren a su gorra o calcetines o hasta su ascendencia palestina, pero según algunos académicos aunque ahora esta palabra tiene un uso peyorativo, no se debe tomar tan a la ligera su utilización.

Según un artículo publicado por el periódico Huffigtonpost sobre el populismo , Xavier Casals, doctor en Historia Contemporánea, niega que el populismo sea siempre negativo. Admite que la "mayoría de los expertos señalan que desvaloriza la democracia y crea la ilusión de que es muy fácil acortar la distancia entre representantes y representados". Pero destaca que otras tesis, como las de Ernesto Laclau, dicen que garantizan la democracia y que no hay que estigmatizarlo".

La misma nota destaca que en esa dirección apunta Ariel Jerez, profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, quien lamenta que el término tenga ahora una fuerte carga peyorativa. "Los grandes medios de comunicación han cargado de negatividad el concepto y las mayorías sociales siguen recibiéndolo como tal. Por tanto, en la disputa política hay quien lo utiliza como arma arrojadiza ignorando de manera interesada un trasfondo mucho más problemático y complejo que hay en el debate académico", destaca.

Populismo o no, la gente lo que busca es un respiro, aire nuevo.
Populismo o no, la gente se siente cansada de ser traicionada, encontrando en el trabajo y la nueva manera de hacer política de Nayib una posible salida.


Habría que estar en su cabeza para saber cuáles son sus verdaderas intenciones de llegar al poder, pero de lo que si estoy seguro es que al igual que otros líderes jóvenes alrededor del mundo, pueden aportar cambios e innovación a un sistema envejecido.